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Todos nacimos en Badalona, en diferentes momentos entre el 66 y el 72. Nos hemos encontrado los unos a los otros por diferentes caminos hasta formar la banda de rock que hoy somos.
Yo (Salva) conocí al Albert y al Ruben creo que por la misma época, alrededor del 1986. El Ruben era compañero mio en el instituto, y pasamos 4 años fantásticos estudiando y preparandonos para el mañana. Entonces el Ruben era un fan apasionado de Dire Straits. Tengo la sensación que en aquella etapa de su vida era prácticamente la única banda que le gustaba. Con los años ha ido apliando sus gustos musicales, pero ésto es cosa que tendría que explicar el mismo.
Cuando conocí al Albert, el tenía unos 19 años, y hacia tiempo que tocaba en diferentes bandas. En realidad la pasión por la música me la transmitió el. La primera vez que fuí a un ensayo de su banda, me quedé profundamente impresionado. Cuando empezaban a tocar, la música aparecía de repente y lo llenaba todo. Era como una aparición, pero no con imágenes, sinó una aparición únicamente de sonido. Recuerdo vivamente esta sensación. Pero per diversas razones su última banda se disolvió al cabo de no mucho tiempo. Cuando yo comenzé a tocar, comenzé con una guitarra espanyola, clásica. Al cabo de un tiempo Albert recuperó en secreto la guitarra eléctrica de un conocido que la tenía arrinconada en un armario, la restauró y me la regaló. Des de aquel día, Albert y yo hemos pasado muchos años compartiendo la pasión por las guitarras eléctricas, a veces enseñándonos trucos, y sobre todo yo aprendiendo de el, ya que fué mi primer profesor, y aún hoy lo és.
En comparación hace menos tiempo que conocí a Miquel. No encontramos en un postgado de marketing en una escuela de negocios muy conocida (nunca se sabe que beneficio inesperado sacarás de invertir tus ahorros en un postgrado com éste, y yo gané un buen amigo y un batería para arrancar de verdad esta banda).
Antes de Ignition, yo había tocado en una banda efímera pero màgica que se llamó “The Goodbyes”. Se llamó así porque sólo estuvimos juntos algunos meses, preparando un concierto de despedida que marcaría nuestro fin, porque yo me iba a vivir a otra ciudad. Estuve fuera tres años y medio, sin banda, pero con todas las ganas de hacer música corriéndome por dentro. Así que empecé a aprender algunas nociones de ingeniería de sonido y producción musical casera con un PC, algún previo, un par de micrófonos y una tarjeta de sonido. De este modo hice algunas maquetas yo sólo, pero era una solución temporal, un impaso mientras estaba desconectado en otra ciudad. De todos modos todos aquellos conocimientos me sirvieron para madurar como músico, para adquirir una dimensión muy enriquecedora para complementar la música desde una óptica de producción musical. En todo este proceso tuve la suerte de contar con la ayuda de Marçal Cruz, un muy buen amigo con quien después de volver a Barcelona definitivamente tuve la suerte de hacer algunos temas a medias en su estudio y de aprender de él muchísimas cosas.
De todo esto surgió l’Alquimia d’Estels, que es el estudio donde ensaya Ignition cada semana, y donde contamos con el equipo necesario para grabarnos y producir nuestra música dignamente. Para su diseño y construcción fueron vitales el asesoramiento de Marçal en el diseño de un estudio, sus dimensiiones y organización funcional, y también del asesoramiento de Alex Garrabou en cuanto a aislamiento, acondicionamiento acústico interior y en el diseño acústico y eléctrico de la sala.
Cuando volví a Barcelona intenté reunir de nuevo a los Goodbyes. El bajista ya tenía banda y declinó mi propuesta. El batería, Enric Costa, aceptó y durante un tiempo quedamos de manera esporàdica para tocar en salas de ensayo de la ciudad y en el estudio de Marçal, donde él tocaba el bajo, Alberto la primera guitarra y yo cantaba y en algunos temas también tocaba la guitarra. Pero a pesar de que no sonaba mal y nos llevábamos muy bien entre todos, nuestras agendas y la distancia a la que vivíamos no facilitaban dar continuidad a aquel proyecto de banda. Así que poco a poco aquellos ensayos se redujeron a Alberto y yo tocando en l’Alquimia d’Estels, que entonces ya estaba operativa. Así pasamos varios meses, trabajando alguna versión y también creando algunos temas nuestros que quedaron inacabados.
Un buen día, después de unos cuantos meses sin saber nada el uno del otro, hablé con Enric y asumimos juntos que no podía seguir tocando con nosotros (entonces la banda éramos Alberto, Enric y yo). Siempre hemos sido muy buenos amigos y aceptamos la situación con la mente abierta y con buena voluntad. Enric y yo no hemos perdido nunca el contacto y algún día acabaremos haciendo un concierto a medias entre su banda e Ignition.
Así que al día siguiente de tener la baja oficial de Enric me puse a darle vueltas a la cabeza buscando una solución. Entonces recordé que un compañero de postgrado con el que me llevaba especialmente bien me había comentado que tocaba la batería. Así que le envié un e-mail y se apuntó enseguida. Al cabo de pocos días vino a l’Alquimia d’Estels una tarde y estuvo tocando un rato, muy contento de reencontrarse con el instrumento, porque hacía algún tiempo que no tocaba. Aquella misma tarde, al cabo de un rato llegó también Alberto, y entre los tres estuvimos improvisando sobre algunos temas de Purple, Clapton, Whitesnake, Pink Floyd, etc... Fué un rato que no olvidaremos nunca. Por una vez dejé las guitarras en su sitio y me dediqué sólo a cantar. Miquel entró con una misteriosa facilidad en todos y cada uno de los temas, creando unos ambientes que a Alberto y a mí nos sonaban fantásticos, era potente y suave cuando hacía falta, muy versàtil con las baquets, así que tuvimos una jam realmente muy inspiradora. Ya durante la sesión quedó claro que Miquel sería una pieza indispensable para cualquier proyecto de banda qe pudiera haber sobre la mesa, así que aquella misma tarde le propusimos qu se uniera a nosotros. Y claro, aceptó de inmediato!!
Rubén hacía poco tiempo que tocaba el bajo (en realidad muy poco tiempo), y propuse a los demás que le invitáramos a l’Alquimia, así que por teléfono le pedí que se estudiara un poco algunos temas fáciles de cara a cuando viniera. Se los estudió a fondo, con una perserverancia que ha mantenido siempre desde entonces, y cuando llegó el día que le habíamos citado en l’Alquimia la verdad es que hizo un buen papel, de modo que con su entusiàstica incorporación nuestra banda alcanzó el número mágico del rock: 4.
Desde aquél momento tuvimos una buena época en la que había constáncia de ensayos y bien pronto tuvimos repertorio suficiente para empezar a realizar conciertos.
Al cabo de pocos meses de tocar bautizamos nuestro proyecto con el nombre de Ignition.
A finales del año 2007 Miquel nos comunicó que su disponibilidad de dedicación con la banda disminuiría todavía más por motivos laborales y personales, y acordamos darnos un tiempo y probar si igualmente podíamos trabajar y avanzar. Todos los integrantes de Ignition tenemos unas vidas muy ocupadas, pero siempre hacemos lo imposible para venir al ensayo, aunque a veces el cansancio físico se hace evidente y tenemos que concluir el ensayo para ir a descansar.
Después de aproximadamente un año y medio en el que los ensayos brillaban por su ausencia, en el que tuvimos que anular algún que otro concierto y buscar a un batería substituto (Jaume) para los dos últimos conciertos, finalmente tomamos la dicisión de proponerle a Jaume si quería incorporarse como batería oficial de Ignition y así poder continuar con la misma dedicación e ilusión inicial.
En definitiva, la historia de Ignition es la historia de cuatro chicos de Badalona que aman la música y que disfrutan tocando juntos.
Long life Ignition!!
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